domingo, 15 de junio de 2014

TODAS LAS NOCHES DE ESTA ETERNA NOCHE


 
Todas las noches de esta eterna noche me dejo adormecer por los brazos de una princesa persa de ojos almendrados, que teje con sus labios una fina tela de araña entre los aguijones de mis párpados. Y es tan frágil el hilo susurrado en la hermosa lengua farsí, que acaba deslizándose suavemente hasta el fondo de mis sueños, antes de alzar el vuelo con la brisa del alba. Y así -cuando por fin abro los ojos- la veo alejarse transfigurada en un dédalo de húmedos diamantes que flota trazando destellos de deseo con las primeras luces del alba, mientras se escapa ingrávida entre las ondas de la vaporosa cortina. Adiós, princesa; me embriagaré con el vino de tus palabras para aturdir el dolor de esta absurda realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario